miércoles, 4 de agosto de 2010

Y después de tus ojos, silencio


Quiero saber muchas cosas. Muchas. Por qué tú. Por qué ahora. Por qué de esta manera. Por qué en estas circustancias. Si eres capaz de mirarme a los ojos. Si te arrepientes. O te has arrepentido. Si vas a volver. Qué haré si no lo haces. Si esperabas que sucediera. Si lo sientes. Si piensas que quizás sea un error. Si puedes hablarme. Más alto. O más claro. El número exacto de veces que respiras por minuto. A cuánta gente hay que sobornar para tocarte. A cuánta gente hay que robar para tenerte. Cuántos pisos tengo que subir para besarte. Por qué no dices nada. Si esto va a sentar un precedente. Si lo puedo repetir. Si nunca debería haberlo hecho. Si me puedes. Si te puedo. Por qué hace tanto tiempo que no bajo la guardia. Qué te importa más de todo esto. Si tienes el poder de hacerme daño. Si sabes matarme. Si sabes confesarme algo sin mentir. Si querías llegar a este punto conmigo. Si puedes hacerlo. Si debes. A cuántas les habrás dicho lo mismo. Si tienes miedo. Si quieres miedo. Si podríamos llegar a superarlo. Si confías en mí. Si te importo. Adónde guardas esa sonrisa cuando callas. Por qué todavía no has llorado. Qué pasará si no es lo que pensábamos. Que pensaré si no es lo que tocaba. Si esto es tan solo un juego. Por qué sufro. Por qué tiemblo. Por qué te echo de menos. Por qué nunca me marcho. Por qué tengo tanto miedo. Por qué siento escalofríos. Por qué seguimos esperando. Si puede que no haya sido lo oportuno. Si lo he estropeado. Por qué he aguantado tanto. A cuántos decibelios equivalen tus suspiros. La distancia que existe entre tus manos y mi frío. Las horas que van a pasar hasta volver a verte. El número de días y noches que he tenido que esperar para tenerte así de cerca. Cómo te digo todo esto. Por qué no sé cómo explicarlo. Por qué tu silencio. Cómo entender tu corazón. Cómo entender el mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario